17 enero 2013

game over


Hoy pongo punto final a una etapa de mi vida en la compañía farmaceútica en la que he permanecido los últimos doce años de mi vida, un tiempo magnífico que me ha hecho crecer como profesional y como persona y del que me llevo los, posiblemente, mejores momentos de mi vida, sobretodo de mi vida profesional. En todo este tiempo he aprendido a vivir en la cresta de la ola, comer y viajar a tutiplén, a amar la vida con la satisfacción de salvársela al necesitado y a esquivar los cascotes que de arriba han ido cayendo, como en todos los ámbitos de la vida. Todos menos uno, un expediente regulador de empleo que ha acabado conmigo para la vida de esta excelente compañía farmaceútica. 

En estos tiempos que corren la vida ha virado hacia las calles oscuras, terrenos hostiles en los que andamos desprotegidos porque la sociedad laboral ha perdido los valores que tantos años tardamos en conseguir, y así me quedé como con un cuchillo clavado con el cuerpo caído entre cubos de basura, sangrando entre los maullidos de los gatos que buscan restos de pescado desechado. Por fortuna tengo una gran familia que me ha levantado antes de desangrarme y podré seguir dando guerra donde esté, porque el mundo no se acaba al final de un blíster de pastillas de marca azul, las hay muchas y de muchos colores. En más de una década de negocios azules he conocido a mucha gente, muchos de ellos muy grandes que siempre serán mis compañeros. También he conocido gente de menor talla, porque también aquí tiene que haber de todo, cómo íbamos a ser menos. De todo este tiempo me quedo con sólo tres amigos que lo seguirán siendo aunque ya no trabajemos juntos, sólo tres. Y me siento afortunado pues me parecen suficientes. Con ellos continuaré mi particular romance de vida que es la amistad y a todos los demás que Dios les bendiga y les dé mucha suerte. Atrás quedan desde ya y para siempre mis mejores recuerdos en este mundo societario y fluctuante que llega a su fin, por lo menos de momento para mí. También me quedo con mi orgullo de haber triunfado en el mundo más competitivo que hay y de que las razones de mi final sean sólo las subjetivas en las que se escuda una regulación de empleo.

A todos los que estuvísteis y aún estáis, muchas gracias por haber compartido tanto conmigo. Sobretodo porque de todos he aprendido y de todos me quedo con algo, que para mí es muy importante. 

     U2   MLK