Un domingo después, otro viaje juntos, pero esta vez en sentido inverso con destino a Deuville, radio, lluvia y el que confiesa es él, primero con despistes y luego apuntando a la velocidad que lleva en la sangre.
Presentan en sociedad su amistad ante sus hijos, Antoine y François, que relajan el ambiente en una fría mesa. Ya es piloto, y desprende negativismo. Lo primero que menciona son los malos farios que envuelven el mundo de las carreras, como la ausencia del dorsal 13 en coche alguno. Los temores se diluyen con la bisoñez de los niños, que hacen más liviana la primera comida juntos.
Presentan en sociedad su amistad ante sus hijos, Antoine y François, que relajan el ambiente en una fría mesa. Ya es piloto, y desprende negativismo. Lo primero que menciona son los malos farios que envuelven el mundo de las carreras, como la ausencia del dorsal 13 en coche alguno. Los temores se diluyen con la bisoñez de los niños, que hacen más liviana la primera comida juntos.