Suenan rumores en Irlanda que U2 se desintegrará después de las próximas Navidades, después de más de 30 de andanzas y progresivo éxito. Parece que ya han ganado demasiado dinero, contribuído a muchas causas sociales y agotado las ideas de hacer canciones que facturan millones de libras, causas en este caso suficientes para que los cuatro amigos de Dublín dejen en blanco el pentagrama. La historia de este grupo emblemático, para mi a la altura de los Beatles y por supuesto por encima de los Rolling Stone comenzó en el instituto Mount Temple Comprensive, donde Larry Mullen colgó un anuncio en el corcho del pasillo del segundo piso demandando músicos que le ayudaran a componer una banda. Así se unió The Edge, y después Adam Clayton. El último en llegar fue un tímido Paul Hewson que tocaba mal la guitarra y cantaba peor, pero que con el tiempo y una gran labor de aprendizaje llegó a ser considerada la mejor voz del poprock de los años 80, para entonces ya se llamaba Bono Vox y llegó a convertirse en el indiscutible líder de una banda que ha sido la de mayor éxito de la historia de la música, y para eso me ciño a los números, la que más grammys ha ganado (22), la que más veces ha tenido un álbum como número 1 en USA (6) y la que más veces ha sido número 1 en UK (9).
No cabe duda que será una gran pérdida para la música. Seguro que nos daremos cuenta del tamaño de este grupo cuando lleven un tiempo sin existir, pues banda como esta no perduran tanto tiempo cuando les visita la fama y el dinero, y U2 ha convivido con ello un cuarto de siglo, desde que lanzó The Joshua Tree, el álbum que les abrió las puertas del cielo.
Os dejo mi canción preferida de U2, además integrante de mi particular Top 5.
U2 pride