El juego va avanzando y subiendo progresivamente de nivel. Cada semana hay que hacer más kilómetros y las semanas siguen siendo de 7 días, donde hay que ubicar días de entrenamiento cada vez más exigentes y de mayor número de kilómetros y días de descanso, tan necesario como entrenar bien.
La 4ª semana que acaba de concluir ya me ha mostrado las garras de la preparación del maratón; tuve un viaje de tres días y tuve que ingeniármelas de la siguiente manera para cumplir con la hoja de ruta: un día entrené a las 5 de la mañana, dos los hice con lluvia, uno lo hice en Barcelona y acabé haciendo 18 kilómetros de una tacada cruzando toda la ciudad de Valencia. Pero el martes fui al quiropráctico a hacer un masaje de descarga, fundamental para la supervivencia del corredor. Cada runner hace sistemáticamente y de manera periódica masajes de descarga de piernas con un quiropráctico o un fisioterapeuta. Cada cual tiene el suyo de confianza; el mío es QuiroPedro, en Bétera. Me queda cerca de casa y es de máxima confianza. QuiroPedro es el quiropráctico de muchos ciclistas y triatletas y por sus manos ha pasado, entre otros, Stefano Garzelli, ganador del Giro de Italia en el año 2000. Dar un masaje de descarga es la manera de dar alivio a las piernas que empiezan a fatigarse y prevenir lesiones por sobrecargas. A estas alturas sufrir una lesión muscular tiraría por tierra mi sueño de poder correr un maratón y no hay que descuidar ningún detalle.
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