Toledo

Según se es, así se ama.

José Ortega y Gasset (1963). Estudios sobre el amor .

Siempre es oportuno ponerte en el camino que te lleve a Toledo. La ciudad de las tres culturas es mágica y sabe que siempre cuenta con el don de la pausa. En Toledo el tiempo se detiene. En sus calles nos trasladamos a otros momentos de la historia. En los paseos por sus callejas descendemos la intensidad de la marcha, de nuestra marcha, hasta que nos acomodamos a su suelo de piedra y nos tocamos el latido de nuestro corazón. Entonces es como sentir qué quiero y en qué dirección. Para ello es recomendable visitar la ciudad de la mano de alguien importante para ti, si es de la persona amada, mejor. Así, escuchando tu respiración como respuesta, con la cabeza inclinada como si miraras el campanario de la Catedral que guarda tu vuelo. Con tranquilidad, despacio. En ese silencio de su páramo donde la verdad, siempre, te es revelada. De ese modo date el permiso de frenar en una de sus calles en cuesta. Así, percibiendo que estás donde algún día estuvo El Greco, cerrando los ojos, saboreando el amor que sentiste de noche en su regazo, con tu cuerpo a la altura de tu alma. Que espere el que quiera esperar, que espere el que pueda. Lo importante es que sepas esperar tú. Eso también es curarse y en Toledo todo es poquito mejor.