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Ha muerto María Amelia López Soliño, la popular bloguera gallega protagonista de la bitácora A mis 95, según han informado diversos blogs y ha confirmado posteriormente Público.es con fuentes cercanas a la familia. Su blog fue galardonado hace dos años con dos premios Bobs al mejor blog español, uno de los galardones más prestigiosos al que un blog puede aspirar.
Maria Amelia, nació en Muxía (A Coruña) en 1911 y, además de sus galardones, lucía el título de ser la bloguera de mayor edad de todo el mundo, con un diario online que comenzó hará dos años como un regalo de cumpleaños que le hizo su nieto.
En A mis 95, Maria Emilia reflexionaba por escrito y en podcast hablados sobre su pasado, su presente, pero sobre todo y de un tiempo a esta parte sobre el miedo a la muerte. Dos años después deja algo más que unas páginas en Internet y miles de lectores. Hace unos meses, cuando el contador de visitas de su bitácora alcanzara el millón y medio, sus “blogueros”, como ella los llamaba, comenzaron a preocuparse por su salud al ver que la bitácora no se actualizaba. Hoy, como no podía ser de otro modo, ha sido en la “blogosfera” donde se ha confirmado lo peor, al saber que ayer por la tarde fallecía Maria Emilia a los 97 años.
Parte de su éxito se explica en la sinceridad y cercanía que siempre primó en sus palabras, además del gran valor intelectual que denota la experiencia de los años, recuperando, en un mundo tan joven como es internet, el respeto que siempre deben tener hacia el punto de vista de los que más han vivido. Sus lectores, a los que la autora siempre dedicó palabras de agradecimiento infinito, son los mejores testigos de cómo lo que empezó como un regalo “cutre” de cumpleaños terminó siendo la “alegría y el sentido de sus últimos días”.
La bloguera gallega surcó todos los mares informativos por lo anecdótico de su edad y por los éxitos obtenidos con su sorprendente iniciativa, de la que se hicieron eco periódicos, radios y televisiones de todo el mundo. Llegó incluso a ser recibida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en febrero de 2008. El momento, crucial. Más en la vida de una mujer que siempre se declaró socialista: “desde los 16 años y tengo 95 años y 6 meses”, decía entonces.
En su última entrega, sobrecogedora, explica ya cómo se veía sin fuerzas para continuar escribiendo, lo que se tradujo en cientos de mensajes de ánimos desde sus seguidores, aunque finalmente nada pudo hacer en su lucha con “el dolor y el miedo". “Estuve enferma y aún estoy -explicaba-, estoy muy mal. Y no tengo gana ninguna de hablar ni de ir a ningún lado, ni peluquería ni nada. Se me fue el humor. Tengo muchos dolores y mucho malestar. Dicen que Dios me está dándome ánimos y vida para disfrutar y poder llamar cuando yo quiera. No, yo no le pido nada de eso a Dios. Nada más que le digo que no me dé dolores y que me saque esta tristeza tan grande que tengo”.
Ahora todos sus testimonios quedan para siempre y para sus lectores, sus blogueros. "Son la alegría de mi vejez. Yo no sabía que había tanta bondad en el mundo. Supisteis que necesitaba comunicación y me disteis esa alegría. De países y de pueblos. España, Barcelona, Madrid, Nueva York, Miami,Chile, todo eso se conoce, las poblaciones grandes. Pero de Africa, aldeas remotas, de China, aldeas remotas, de Holanda, de Inglaterra, de América del Norte, que a mí no se me pasa por la imaginación semejantes países pequeñitos. Os quiero a todos".
Maria Amelia, nació en Muxía (A Coruña) en 1911 y, además de sus galardones, lucía el título de ser la bloguera de mayor edad de todo el mundo, con un diario online que comenzó hará dos años como un regalo de cumpleaños que le hizo su nieto.
En A mis 95, Maria Emilia reflexionaba por escrito y en podcast hablados sobre su pasado, su presente, pero sobre todo y de un tiempo a esta parte sobre el miedo a la muerte. Dos años después deja algo más que unas páginas en Internet y miles de lectores. Hace unos meses, cuando el contador de visitas de su bitácora alcanzara el millón y medio, sus “blogueros”, como ella los llamaba, comenzaron a preocuparse por su salud al ver que la bitácora no se actualizaba. Hoy, como no podía ser de otro modo, ha sido en la “blogosfera” donde se ha confirmado lo peor, al saber que ayer por la tarde fallecía Maria Emilia a los 97 años.
Parte de su éxito se explica en la sinceridad y cercanía que siempre primó en sus palabras, además del gran valor intelectual que denota la experiencia de los años, recuperando, en un mundo tan joven como es internet, el respeto que siempre deben tener hacia el punto de vista de los que más han vivido. Sus lectores, a los que la autora siempre dedicó palabras de agradecimiento infinito, son los mejores testigos de cómo lo que empezó como un regalo “cutre” de cumpleaños terminó siendo la “alegría y el sentido de sus últimos días”.
La bloguera gallega surcó todos los mares informativos por lo anecdótico de su edad y por los éxitos obtenidos con su sorprendente iniciativa, de la que se hicieron eco periódicos, radios y televisiones de todo el mundo. Llegó incluso a ser recibida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en febrero de 2008. El momento, crucial. Más en la vida de una mujer que siempre se declaró socialista: “desde los 16 años y tengo 95 años y 6 meses”, decía entonces.
En su última entrega, sobrecogedora, explica ya cómo se veía sin fuerzas para continuar escribiendo, lo que se tradujo en cientos de mensajes de ánimos desde sus seguidores, aunque finalmente nada pudo hacer en su lucha con “el dolor y el miedo". “Estuve enferma y aún estoy -explicaba-, estoy muy mal. Y no tengo gana ninguna de hablar ni de ir a ningún lado, ni peluquería ni nada. Se me fue el humor. Tengo muchos dolores y mucho malestar. Dicen que Dios me está dándome ánimos y vida para disfrutar y poder llamar cuando yo quiera. No, yo no le pido nada de eso a Dios. Nada más que le digo que no me dé dolores y que me saque esta tristeza tan grande que tengo”.
Ahora todos sus testimonios quedan para siempre y para sus lectores, sus blogueros. "Son la alegría de mi vejez. Yo no sabía que había tanta bondad en el mundo. Supisteis que necesitaba comunicación y me disteis esa alegría. De países y de pueblos. España, Barcelona, Madrid, Nueva York, Miami,Chile, todo eso se conoce, las poblaciones grandes. Pero de Africa, aldeas remotas, de China, aldeas remotas, de Holanda, de Inglaterra, de América del Norte, que a mí no se me pasa por la imaginación semejantes países pequeñitos. Os quiero a todos".
1 comentario:
Esta noche nos dejó también nuestro amigo Marcial, que no sabe que vamos a seguir pensando en él.... Marcialín, aún me acuerdo de aquello que me dijiste en tu casa, y seguiré guardandolo para mi. QDEP
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