25 junio 2010

Tell me there's a heaven


The little girl she said to me
What are these things that i can see
Each night when i come home from school
And mama calls me in for tea
Oh every night a baby dies
And every night a mama cries
What makes those men do what they do
To make that person black and blue
Grandpa says their happy now
They sit with god in paradise
With angels' wings and still somehow
It makes me feel like ice

Tell me there's a heaven
Tell me that it's true
Tell me there's a reason
Why i'm seeing what i do
Tell me there's a heaven
Where all those people go
Tell me they're all happy now
Papa tell me that it's so

So do i tell her that it's true
That there's a place for me and you
Where hungry children smile and say
We wouldn't have no other way
That every painful crack of bones
Is a step along the way
Every wrong done is a game plan
To that great and joyful day

And i'm looking at the father and the son
And i'm looking at the mother and the daughter
And i'm watching them in tears of pain
And i'm watching them suffer
Don't tell that little girl
Tell me
Tell me there's a heaven
Tell me that it's true
Tell me there's a reason
Why i'm seeing what i do

Tell me there's a heaven
Where all those people go
Tell me they're all happy now
Papa tell me that it's so

16 junio 2010

Sin vergüenza, Sinde coro


foto Maribel Bàlius

Hace unos años que los caprichos lucrativos de la SGAE nos han repercutido muy al alza los precios de la cultura, a través de cualquier medio físico. Las canciones, los discos, los textos y las imágenes han visto como sus precios crecían al alza de los cánones de los derechos de autor, al amparo del Ministerio de Cultura de Ángeles González Sinde.
Si el colmo de un torero es que su mujer le ponga los cuernos, el colmo del culturanismo Sindenista es que usurpen la propiedad intelectual de los anónimos de a pie, y esto es lo que ha sucedido muy cerca de mi, en mi propio entorno, y con la iglesia hemos topado. El Instituto Cervantes, del que es vocal la Ministra Sinde, ha utilizado sin permiso ni tan siquiera citar la autora, una fotografía de la reportera Maribel Bàlius para promocionar La Casa de Bernarda Alba, que se está representando en el teatro Technis de Londres. ¿De qué carajo van los culturetas de pacotilla? ¿Acaso no saben que las leyes se aprueban para todos? Predicar sin ejemplo es tan deshonroso como la mayor de la hipocresías, y acentúa la indignación del atónito autor, que para poder almacenar sus archivos en un disco duro de la red tiene que pagar su propio canon. Ésta es la España que tenemos, y así nos luce el pelo.

12 junio 2010

La nenita encantada

foto carlos delafé

Llegó a creer que los cuentos de ahora no eran como los de antes, y que todos acababan mal. Llegó a creer que la arena del desierto eran trocitos de cristal que pinchaban sus pequeños pies de madera. Llegó a creer que su cintura no bailaría más aquel julajop, ni que por más peldaños que subiera el techo seguiría tan alto que sus pequeñitas manos nunca lo podrían pintar de color celeste, porque para ella el cielo sólo podía ser oscuro sin más luces que las de las lejanas estrellas, y su firmamento perdió la esperanza de volverse a encontrar con la luna. Llegó a creer que su pequeña nariz de chocolate no volvería a oler el salitre del cantábrico, ni que su paladar tendría algún día besitos con bouquet. Llegó a creer que era una gitanilla de piel morena, y que sus pecas eran un traje de faralaes con el que bailaba cada noche de verano, sin brisa, sin luna y sin salitre. Llegó a creer que la suerte era un maltrato que le acariciaba antes de recibir un espanto, y que el aire de la sierra era una puerta abierta de nevera vacía que le congeló sus alas de madera. Un día volvió a volar, y sus alas recuperaron sus plumas, su nariz las pequitas y el aroma del mar, sus ojos vieron un crepúsculo por el que asomaba la luna. Su cintura danzó al son de las olas del mar y sus pequeños pies no necesitaron subir más peldaños para tocar el cielo, porque ella era la pequeña estrella que había vuelto a brillar.
LA TABERNA DEL IRLANDES BLOG

TRACY CHAPMAN baby I can hold you

05 junio 2010

Carminando

la taberna del irlandes blog
Siempre he confesado que mi ansiolítico favorito es el volante de mi coche. Mimarlo en una escapada, a favor o en contra del sol. Da igual de dónde venga la sombra, yo siempre me alejo de ella y me aparto de la amenaza del cielo nublado. A no ser que me apetezca la lluvia duchada de placer. En el viaje de esta semana disfruté yendo y sobretodo viniendo. Cruzar La Mancha en esta época me deparó la sorpresa roja y verde de su campo. Parecía un mantel de trigo verde salpicado de pétalos de carmín. Y mi asombro detuvo mi coche, porque este viaje sí merecía un descanso impresionista y rotundo. Disfruté yendo, y disfruté viniendo, disfruté con el bollywood, y con aquel sueño me fui carminando entre las flores hasta que he llegado a mi casa, pero a ninguna conclusión.
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TERENCE TRENT D'ARBY wishing well