31 agosto 2010

Fignon, muere un ciclista de casta


En la década de los 80, el ciclismo era tan seguido que rivalizaba con el baloncesto como segundo deporte con mejores audiencias en radio y televisión, y había un equipo que era considerado el dream team de los pedales, el Renault francés. Era la época dorada del ciclismo francés, de grandes corredores que fueron agrupados en esa escuadra casi invencible donde dominaba los galones el caimán Bernard Hinault, y que tenía como escuderos a pequeños asesinos del pedal en ciernes como Jeff Bernard, Greg Lemond y Laurent Fignon. Los dos últimos fueron ganadores dos veces cada uno del Tour de Francia cuando se retiró Le grand Cayman, y rivalizaron en lo que fue la gran exaltación patriótica del diario L'Equip, nada objetivo y empapado de chovinismo como sólo saben hacer en Francia. De aquel tiempo me acuerdo de ésto, y de la garra que tenía Fignon, siempre apretando los dientes para sobreponerse a golpe de riñón, porque no era especialista en nada, pero apretando los dientes subía con los mejores y bajaba mejor que nadie. Por eso ganó dos veces Le Grand Boucle y una el Giro italiano, e hizo tanta fuerza que no le ha llegado para pelear por salvar su páncreas, que le ha roto la vida hasta que hoy se ha conocido su muerte. En la época en la que los caminones españoles volcaban en la frontera francesa, Fignon fue el mejor exponente del antiespañolismo en el deporte, así un día dedicó a una cámara de Tve un salivazo después de haber perdido una minutada contra Induráin. Con pinta de cultivado con gafitas, Fignon pasará a la historia como el mejor gregario que ha ganado un Tour, y posiblemente el peor perdedor que ha pedaleado detrás de un ciclista, o si no que le pregunten a Lemond.