24 junio 2024

Amor con cabeza


No hay una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor no tendrá final y, si lo tiene, no será feliz.

Al enamorarnos todo cobra una ilusión especial. Todo es mejor, llevamos una sonrisa puesta todo el día, nuestra mirada brilla. Al enamorarnos el organismo genera endorfinas y los dolores duelen menos, la tristeza es menos tristeza y las emociones son más intensas de lo normal. Pero cada uno de nosotros siente el amor de una manera diferente en su vida. Las hormonas influyen, pero no nos determinan. Esa revolución hormonal disminuye al cabo de unos meses y se estabiliza para que otros factores entren en juego como la voluntad, el compromiso. Eso es lo que permite que la relación funcione. La voluntad, por ejemplo, es clave en el deseo de resolver una crisis interna o con tu pareja, de resolver un enfado o una tensión. Por eso hay que tener herramientas ya sabidas para poder solucionar los momentos malos y poder salir de la crisis con facilidad. Pero esas herramientas requieren de esfuerzo y es necesario saber qué quieres en la vida porque el amor requiere tanto de sentimiento como de cabeza y voluntad. Aaron Beck dice que "el amor es el sentimiento, es la clave para todo, pero un amor sin cabeza y sin sentido, sin rumbo, es un amor que no va a funcionar bien" y eso se llama estrategia; gestionar mi relación va a ser clave para que funcione bien. Estas herramientas son clave para que una relación pueda funcionar. La voluntad es clave en la relación, fundamental. El amor no es sólo un sentimiento, es un acto de voluntad. No podemos basar el amor sólo en sentimientos o razones ya que estos fluctúan, unos días están arriba y otros bajo, por tanto es necesario involucrar la cabeza. La voluntad funciona muy bien cuando la persona que has elegido encaja contigo. En la vida hay momentos en los que hay que dejarse llevar por la pasión, pero cuando esa pasión es tan fuerte que va a determinar de forma importantísima el futuro de tu vida, ponerle un poco de cabeza no está de más.

* Foto de Linda Evangelista & Kyle MacLachlan, 1993.
  Fotografía de ©️ Steven Meisel para Vogue Italia.

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