03 noviembre 2009

López Vázquez


Manuel Hidalgo. Obituario El Mundo


Ayer falleció, en su domicilio madrileño, a la edad de 87 años, el grandísimo actor español José Luis López Vázquez, nacido en Madrid el 11 de marzo de 1922. Con bigote o sin bigote, con gafas o sin gafas, con mucho pelo o calvo, más de 220 películas, infinidad de representaciones teatrales e innumerables actuaciones televisivas, lo acreditan como uno de los más excepcionales actores mundiales del siglo XX y, si fuera preciso acotar, como uno de los mejores intérpretes europeos de la tragicomedia del hombre corriente, del hombre común destinado a sobreponerse, con la ayuda del ingenio y la picaresca, en la lucha por la vida, bajo las pulsiones del sexo, la necesidad económica y las otras angustias existenciales.

El trabajo excepcional de López Vázquez se ha extendido ante las cámaras y sobre las tablas a lo largo de siete décadas de inusitada actividad, que él abordó desde su condición de superdotado para lo cómico -voz y gestualidad-, que fluía desde una personalidad paradójicamente grave, introvertida y reservada.

Hijo único, su padre abandonó a su madre, y el pequeño José Luis tuvo una infancia y una adolescencia difíciles y tristes, con dificultades económicas que lo obligaron a trabajar, apenas adolescente y relegado el colegio, como auxiliar administrativo y mecanógrafo, etapa que comenzó a superar por sus dotes para el dibujo y la pintura.

Fue figurinista y decorador teatral -siempre pintó-, mientras, en contacto con la escena, se abría paso como actor en la década de los 40 en el Teatro Español Universitario y en el María Guerrero, y, posteriormente, en las compañías de Conchita Montes y Alberto Closas, representando sucesivamente y hasta el final tanto obras de grandes autores clásicos y contemporáneos como piezas de los comediógrafos del momento.

Su primer papel relevante en el cine llegó con Esa pareja feliz (1951), de Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga, director este último que ha sido una de las matrices de su deslumbrante carrera: Novio a la vista (1953), Los jueves, milagro (1957), Plácido (1961) -¡ese Quintanilla!-, El verdugo (1963), ¡Vivan los novios! (1969) y la imprescindible saga formada por La escopeta nacional (1977), Patrimonio nacional (1980) y Nacional III (1982), en la que interpretó al tarado y pajillero aristócrata Luis José, hijo del Marqués de Leguineche y end of the saga. Con Berlanga aún intervendría en las farsas de Moros y cristianos (1987) y Todos a la cárcel (1993).

Aunque López Vázquez interpreta bajo las órdenes de Marco Ferreri películas tan importantes como El pisito (1958) y El cochecito (1960), lo esencial de su carrera, a lo largo de los años 60 y 70, transcurre al servicio de proliferantes comedias tan populares como insustanciales, en las que el actor se entrega con gracia irresistible y convicción digna de mejor causa a dar cuerpo a toda suerte de pillos, pícaros, obsesos y sinvergüenzas en un tipo de cine de nula ambición y gran efectividad taquillera que refleja las miserias de las clases medias urbanas y del paletismo rural del desarrollismo franquista, que va aflojando sus rigores de posguerra ante el ímpetu de las nuevas costumbres y de la influencia del turismo. Se pone entonces, con asiduidad, en manos de directores como Pedro Lazaga y Mariano Ozores, interpretando personajes desaforados y disparatados que están en el retrocerebro de varias generaciones de españoles y en la programación televisiva de Cine de barrio.

No obstante, su talento natural es aprovechado por otros cineastas que también logran películas muy notables. Con José María Forqué, por ejemplo, trabajará en más de 20 películas, una de ellas la insustituible Atraco a las tres (1962), y con Fernando Palacios, en la navideña La gran familia (1962).

Y, de pronto, López Vázquez vive una reconversión radical en manos de directores que no parecían los más proclives a confiar en sus dotes, directores básicamente procedentes del movimiento renovador conocido en los 60 como Nuevo Cine Español. La otra cara de la moneda, la definitiva prueba de su versatilidad y genio poliédrico.

Carlos Saura le confía el papel protagonista de Peppermint frappé (1967), que cautiva a Charles Chaplin. El mismo Saura, a continuación, le proporciona los personajes principales de El jardín de las delicias (1970) y La prima Angélica (1973), películas de corte artístico, intelectual y antifranquista que colocan a López Vázquez en las pantallas de los festivales y en la órbita del prestigio internacional. George Cukor lo elige para interpretar Viajes con mi tía (1972), según el relato de Graham Greene, y se queda fascinado con él.

Es un López Vázquez a menudo demudado y taciturno, profundo y atribulado, dramático, totalmente distinto del cómico zascandil, salsa de todas las caricaturas y astracanadas costumbristas, con el que habíamos reído durante años. Pero, cómico o dramático -o las dos cosas a la vez-, es solicitado repetidas veces por otra hornada de directores, experimentando una transformación impresionante en los años 70, aunque compatible con su desempeño en el mismo tipo de películas a las que se había entregado en los años anteriores.

Jaime de Armiñán le regala en Mi querida señorita (1971) el personaje de Adela, pionero en el cine mundial: un transexual. Otras películas en un tipo de cine muy distinto a la españolada serán El bosque del lobo (Pedro Olea, 1970), Habla mudita (1973, Manuel Gutiérrez Aragón), La verdad sobre el caso Savolta (Antonio Drove, 1978), La colmena (Mario Camus, 1982), La corte del faraón (José Luis García Sánchez, 1985) o Mi general (Jaime de Armiñán, 1987), todas ellas dentro de un largo bucle presidido por el éxito descomunal de una producción televisiva que nadie olvida: La cabina (1972), dirigida por Antonio Mercero, que ha resultado ser el director de su última película, ¿Y tú quién eres? (2007).

Ganador del Goya de Honor y de infinidad de premios, José Luis López Vázquez estuvo casado con la actriz Ana María Ventura y, después, tuvo cuatro hijos: con Catherine Magerus (dos) y, en su segundo matrimonio oficial, con la periodista Flor Aguilar (dos). En su lecho de muerte lo acompañó su último amor, la actriz Carmen de la Maza.

José Luis López Vázquez, actor, nació el el 11 de marzo de 1922 en Madrid, donde murió el 2 de noviembre de 2009.

4 comentarios:

abretedeorejas dijo...

Qué más se puede decir? Lo has hecho impecablemente.
Yo voto por "Atraco a las tres" y no es por deformación profesional, sino porque es con la que más lloro de risa cada vez que la veo. Siempre le descubro algo nuevo. Un genio y como todos los genio un tanto extraño si lo comparamos con el resto de los personajes de la farándula. Grande y discreto.
RIP

jonceltic dijo...

Yo tb prefiero Atracar a las 3...mequetrefeeeeeeee

Anónimo dijo...

los demas tambien os eqivocais....

Il Venturetto dijo...

"Atraco a las 3" es sublime, pero ahora mismo me estaba acordando del papel de científico en "El Astronauta".

D.E.P